La historia de los Tiburones de La Guaira es realmente extensa, al tener peloteros que han sido figuras tanto en Venezuela como en ligas extranjeras, y uno de los más emblemáticos de los últimos tiempos es Gregor Blanco, a quien precisamente le retirarán el número la próxima semana.
Se tiene estipulado que la ceremonia, en la que se conmemorará el número 9 de Gregor, junto al 24 de Raúl Pérez Tovar, el 34 de Felipe Lira y el 57 de Francisco Rodríguez, se lleve a cabo el viernes 25 de noviembre. Ese día el conjunto del litoral se enfrentará a Navegantes del Magallanes en el estadio Universitario.
El exgrandeliga y dos veces campeón de la Serie Mundial de MLB conversó con BeisbolPlay sobre lo que significa saber que su nombre y número quedarán grabados en el libro histórico de la organización escuala.
“Es un sueño poder ver eso. De verdad no es fácil todo lo que uno tiene que hacer para lograr esos méritos, pero le agradezco a la fanaticada guairista, a los coaches, a Antonio Herrera presidente de Tiburones y a mis compañeros por todo, por hacer que sea posible”, dijo el venezolano en una conversación telefónica.
Sin embargo, el recordado jardinero se retira con un sabor agridulce, al marcharse sin haber logrado el objetivo que siempre quiso: coronarse con Tiburones.
“Creo que en mi carrera como jugador, gracias a Dios, he podido lograr todo, pero tengo la espinita de poder ser campeón con mi equipo de corazón, Tiburones de La Guaira”, atizó el nativo de Caracas.
Ícono en su momento
Durante su carrera en la LVBP, Blanco ganó dos anillos; el primero en la 2006-07 como refuerzo con los Tigres de Aragua, y el segundo en la misma condición, pero en la 2009-10, en aquella recordada final que Leones del Caracas se llevó ante Navegantes del Magallanes, y de la que el patrullero resultó Jugador Más Valioso.
Incluso, en sus 12 temporadas en la pelota venezolana, todas con el uniforme de la tropa del litoral, dejó promedio vitalicio de .303 en 475 encuentros. Fue el MVP de la zafra 2011-12, en la que ligó .337 con 47 carreras anotadas, 18 bases robadas, 47 boletos negociados en 57 juegos y un muy elevado porcentaje de embasado de .478.
“Hoy en día todavía me acuerdo de esos cantos cuando yo daba un hit importante y gritaban mi nombre. Eso para mí era único. Tiburones es mi casa y donde voy a estar por siempre”, añadió el guardabosques.
Muy cerca de entrar al terreno por última vez
Aunque no juega en Venezuela desde la 2018-19, Gregor Blanco admitió que se gestionaron los trámites para que esta campaña se uniformase con La Guaira, pero debido a diversas situaciones, al final, tanto la gerencia como su persona, desistieron de esa iniciativa.
“La verdad es que este año queríamos que yo jugara, tanto la directiva, como los jugadores, mis familiares, mi persona y los fanáticos”, expresó el criollo. “Por temas de visados y pasaporte, por mis hijos, se me hizo imposible ir. También tengo mi trabajo con MLB y no se pudo coordinar bien el poder estar allá este año”.
Pero para el “Tiburón Blanco” su trayectoria con el equipo fue una época que siempre recordará y atesorará; desde su primer hasta el último compromiso lo disfrutó.
“Cada día era un día especial. Cada vez que yo me ponía esa camisa que decía Tiburones al frente y tenía mi número 9 en la espalda, era un sueño hecho realidad. Lo digo de todo corazón: es un privilegio ser guairista, ser de Tiburones. Le doy gracias a Dios por pertenecer a una franquicia tan bonita”, finalizó Gregor Blanco.