Hace un par de semanas, parecía imposible colocar en discusión al campeón bate de la Liga Nacional. En el tramo final de la temporada regular, la realidad es otra: la corona de bateo de Luis Arráez está en peligro.
Su mayor competidor, y perseguidor, por el galardón es Marcell Ozuna, de los Bravos de Atlanta. La diferencia entre sus promedios es, en este momento, de apenas 4 puntos (.314 vs .310).
Los últimos compromisos del calendario de sus equipos son complicados. A los Bravos le restan tres cotejos ante Kansas City y una doble cartelera ante los Mets de Nueva York. Mientras que a los Padres de San Diego, donde hace vida el venezolano, le faltan un encuentro ante los Dodgers y tres ante los Dbacks de Arizona.
«La Regadera» la ha pasado mal en esa serie en desarrollo ante Los Ángeles: no ha conectado ningún imparable en ocho turnos.
El conjunto religioso ya aseguró decir presente en la postemporada, pero no se ha definido al ganador de su división, el Oeste del Viejo Circuito. Precisamente, son los Dodgers los que podrían asegurar el banderín pronto, sobre todo después de las dos victorias consecutivas ante San Diego. Por eso, es clave el duelo final entre ambos en la campaña en la jornada del jueves 26 de septiembre.
Irónicamente, fue un coterráneo el que le negó ligar, al menos un hit, a Arráez en el enfrentamiento del miércoles 25 de septiembre: Miguel Rojas se zambulló en la parte alta del tercer inning para negarle un batazo bueno que le habría permitido finalizar, al de Yaracuy, con su actual slump.