José Alberto Martínez, a pesar de lo que dijeron muchos scouts en su adolescencia, siempre fue un buen bateador. Aún así, su ascenso fue lento, por otras circunstancias y sus mejores años llegaron «tarde», si cabe el término.
En 2015 destrozó las Ligas Menores al terminar bateando .382, OPS de 1.015, con 10 jonrones, 62 remolcadas y 58 anotadas. Aún así no recibió el llamado al show por parte de los Reales de Kansas City, que quedaron campeones ese año.
Debutó en Grandes Ligas en 2016 con 27 años. Algo «tarde» para lo que se refiere al beisbol, pero nunca es tarde para demostrar lo bueno que eres. Justamente eso hizo «Cafecito».
En tres de sus cuatro zafras con Cardenales de San Luis bateó por encima de .300. Su mejor año fue el 2017 (163 H, 17 HR, 64 R, 83 RBI, .305 AVG, .821 OPS).
Eso es apenas un breve resumen internacional, una pequeña introducción. Vayamos a casa.
Cafecito hecho en Venezuela
Investigando para efectos de este artículo pudimos conocer de que sí existe un vino con sabor a café. Se llama Apothic Brew, se hace en viñedos de California y trata básicamente de «una mezcla de café frío combinado con una variedad de uvas tintas como Zinfandel, Cabernet Sauvingnon y Petite Sira».
Es conocido que mientras más se añeja el vino, mejor es, lo cual es una perfecta analogía para hablar de José Alberto Martínez, un café hecho en La Guaira, pero a diferencia de la receta de Debbie Juergenson, este se sirve caliente.
José Martínez es considerado uno de los mejores bateadores en los últimos años en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. La noche del jueves lo volvió a demostrar al dejar en el terreno a Caribes de Anzoátegui con cuadrangular solitario.
Dicho batazo fue su primer walk-off de esta manera en la LVBP.
Varios turnos atrás, Martínez alcanzó los 100 dobles de por vida en el circuito local para ponerse sexto en la lista de jugadores activos con más tubeys. Asimismo, quedó a cinco del registro de su padre, Carlos «Café» Martínez.
Cafecito tiene 15 campañas en la pelota criolla y desde la 2014-2015 ha terminado por encima de.300, imponiendo su tope en la 22-23 con un absurdo .390.
De hecho, desde la 20-21, cuando tenía 32 años, ningún pelotero ha bateado más que en el con un mínimo de 300 turnos. En ese lapso su promedio es de .355, sacando 20 puntos de ventaja a su más cercano perseguidor.
Martínez, como el buen vino y no es solamente una frase para adornar el texto. Es que sus mejores años están siendo estos. Sus topes ofensivos en jonrones (9), impulsadas (48), AVG (.390) fueron el año anterior, con 35 vueltas al sol.
Dichos números lo llevaron a conseguir el premio Jugador Más Valioso de la zafra, demostrando así que la edad es solo un número, como dicen por ahí.
Casual o causalmente, este rendimiento top llegó luego de su salida de Tiburones de La Guiara, dando otro mensaje de vida de que todo cambio es para mejor y que queda mucho café por llover.