Pasaron cuatro años para que Bravos de Margarita volviera a jugar en el estadio Nueva Esparta de Guatamare y el regreso fue por todo lo alto. Derrotaron 10×2 a Tigres de Aragua en el primero de la serie de cuatro.
Hubo par de fiestas. Una afuera del terreno por todo lo que significa para la isla volver a vivir la emoción del beisbol venezolano y la otra fue de batazos.
Trece imparables conectaron los bates isleños en la calurosa tarde margariteña. Solo un brazo felino no permitió imparables. Dos de esos hits fueron tubeys y dos pasaron más allá de la cerca.
Moisés Gómez se encargó de prender la fiesta con el primer jonrón de Guatamare desde 2019. El batazo solitario fue la primera carrera del compromiso ante José Guedez (0-1). Ese tercer inning fue de cinco carreras con sencillos productores de Carlos Pérez, Wilson Ramos y Rayder Ascanio.
El panameño Abdiel Santana (1-0) se lució desde la lomita con cinco episodios de tres hits y dos ponches.
Bravos de Margarita añadió cuatro a la pizarra en el cierre del quinto gracias a un jonrón de Ramón Flores con uno abordo. José Alexander Martínez Edward Olivares remolcaron una más cada uno.
Por los bengalíes descontó Yorman Rodríguez con cuadrangular de dos carreras. Posteriormente «Tilín» Martínez remolcó la décima los insulares.
A pesar de la hora y que fue un día de semana, 1,386 personas se dieron cita en el estadio Nueva Esparta, quienes desde ayer se encargaron de hacer lo más amena posible el regreso de los suyos a Margarita.
Más allá de lo deportivo, que es importante comenzar la semana ganando, hay que valorar el esfuerzo que han hecho todos los involucrados para que Bravos de Margarita sea local en su feudo tras cuatro zafras haciendo vida en Caracas y Macuto.