Dicho por muchos especialistas y los propios jugadores, no hay una posición más difícil de jugar en el béisbol que la receptoría. También, es una de las más importantes al ser quien lleve al lanzador y por tener el juego de frente. En ese sentido, Reales de Kansas City no tiene de qué preocuparse teniendo a Salvador Pérez y Freddy Fermín.
Salvy no tiene nada qué demostrar. Su carrera de 13 años al maximo nivel y cinco Guantes de Oro hablan por él. Pero, el tiempo no pasa en vano y desde hace par de temporadas su tiempo detrás del plato ha ido mermando para beneficio de suyo y del equipo.
Ahí es donde entra Freddy Fermín. El Manao, como se le conoce, ha ido de a poco siendo más que un backup para el capitán de la realeza. Cada vez tiene más protagonismo por su gran defensa y lo que puede aportar con el bate.
Fermin viene de un 2024 en el que se consolidó como el receptor de las Grandes Ligas con el mejor porcentaje de corredores retirados en intento de robo con 44.7%. En 2023 fue segundo en la Liga Americana con 31.4%.
La campaña anterior vio acción en 91 choques como catcher titular. La misma cantidad que Salvador Pérez. Eso quiere decir que es más que un suplemento de Pérez, quién tendrá más tiempo de juego en primera base y como bateador designado. Eso se traduce en más alineaciones de Freddy Fermín.
El careta de 29 años está teniendo un gran desempeño en estos entrenamientos primaverales para respaldar lo hecho el año pasado y consolidarse como el presente y futuro de la receptoría celeste.
Durante la jornada del domingo llegó a cinco fletadas en la pretemporada y su promedio está en .364 gracias a cinco imparables en 11 turnos durante cuatro juegos.
Freddy Fermín trabajó durante la temporada muerta en su físico para llegar en menor forma al Spring Training. Sin dudas será clave en las aspiraciones de Kansas City de volver a pasar a la Postemporada.