Cardenales de Lara cumplió con unas misiones que tenía en la isla: que la final regrese al Antonio Herrera Gutiérrez. Derrotaron por segundo día consecutivo a Bravos de Margarita para igualar la llave y ahora pasar la presión hacia la otra acera.
Un error de Ildemaro Vargas que permitió que Bravos picara adelante evitó que el juego fuese «perfecto» para los larenses.
Anderson Espinoza sacó la casta para lanzar seis entradas de un ponche, tres hits una carrera limpia. Desde el bullpen estuvieron intratables Alex Scherff, Brian McKenna y Robinson Hernández.
Es importante decir que la apertura de Espinoza es la única que tendrá en esta Gran Final, debido a que viajará a Japón.
La ofensiva estalló por segunda noche corrida, esta vez con Ali Sánchez y el muchacho Eduardo Garcóa como protagonistas. García sacó la bola con uno a bordo para voltear el juego 3×2 en el quinto.
Como el beisbol siempre brinda oportunidades de reivindicarse, el capitán crepuscular «tapó» su pifia con cuadrangular en línea que pegó del poste izquierdo de Guatamare. La conexión le siguió al estacazo de García.
«El beisbol no falla. Quise hacer algo que no está escrito, no sé qué me pasó… Era un batazo para dobleplay, quise hacer más de la cuenta y mira el beisbol me puso a pisar tierra. Gracias a mis compañeros me pude mantener y luego pude dar un batazo importante», dijo «Caripito» a 1Baseball Network.
Ahora, con parte de la misión completa, Cardenales de Lara irá por la tercera victoria seguida y así buscar coronarse en casa.